martes, 28 de junio de 2011

Hotel El Prado en Barranquilla


Siempre he considerado Barranquilla  una de mis ciudades  favoritas, tiene todo el sabor de una capital caribeña con el chic de la modernidad. Esta vez yo estuve en el Hotel del Prado, este hotel tiene 80 años y creo que poco ha cambiado en este tiempo, supongo que hace unos años (muchos ) pusieron aires acondicionados en las habitaciones, pero estos ya están viejos y mal mantenidos , la mayoría gotean, suenan durísimo y mantienen mojados los pasillos enfrente de las habitaciones , aunque el personal de aseo esta permanentemente limpiando. Las habitaciones son amplias , bastante limpias, pero los tendidos se ven ajados con el tiempo, del personal no tengo ninguna queja en absoluto, amabilidad y sonrisas en cada una de las personas con las que tuve contacto en mi estadía.
Las instalaciones son otra cosa, el hotel es muy grande pero se ve mal mantenido, tiene un ascensor que seguramente cumplió los 80 años del hotel, ascensor de película de terror que debe ser operado por una persona del hotel, así que es fácil subir, pero siempre se deberá bajar por las escaleras. 
Una falla inmensa es el internet, que aunque es gratuito y poseen Wi-FI en todas las áreas, solo funciona mediante una clave que dura solo 24 horas, así que cada día puntual usted debe solicitar un nuevo acceso y la verdad señores eso está mandado a recoger hace rato !!
El área de la piscina es agradable, buen servicio, todo muy limpio, sin embargo la relación costo - calidad no es muy beneficiosa para el huésped, a veces uno siente que está en un gran hospital de los años 30 ....
En una próxima visita no volvería a este hotel, a no ser que el precio fuese demasiado atractivo, Barranquilla ciudad maravillosa tiene muchas ofertas hoteleras de mejor calidad por un mismo precio y a no ser que a uno le guste dormir en un museo, mejor sería probar otros establecimientos.

Crepes y Waffles de Usaquén en Bogotá

Yo estuve en Crepes y Waffles de Usaquén el día de la madre.
El día de las madres siempre se  caracteriza por las grandes congestiones y afluencia de público hacia todos los restaurantes a la hora del almuerzo.
Por eso decidí llevar a mi mamá a un Brunch, el de Crepes & Waffles tiene mucha fama ... pero parece que muchas personas tuvieron la misma idea, el restaurante estaba descomunalmente lleno !! Todas estas cosas a veces son predecibles sin embargo : No hay derecho que se trate al público desconsideradamente.
En esta ocasión hablo específicamente del local ubicado en Usaquén, estupenda locación, una casona antigua remodelada y muy bien lograda.
Al llegar una persona que es nadie más que el vigilante, lo somete a una fila de mala manera y con advertencias, este restaurante es tan popular, que la fila es ya una obligación en cualquier hora, sin embargo el día de la madre no había hostess ni persona encargada.
Obtuvimos una mesa 35 minutos después de estar parados en la calle.
La mesa como era obvio estaba sucia y esperamos a que fuera limpiada. El resto de la estadía fue un completo desastre , meseras de muy mal genio, barra de cereales con muy pocos productos, la comida llego retrasada y fría . En fin.
Escribo está crítica con el ánimo de alertar las personas que no conocen , el restaurante es bueno, agradable mientras no haya congestión, siempre habrá una fila de espera y la verdad es que con su alta popularidad y su crecimiento desmedido , su calidad ha bajado en un 80 % , tal vez siguen conservando su fama, lo interesante del caso es que fue muy barato en sus comienzos, pero ahora creo que se ha vuelto muy caro para el pésimo servicio que se presta. Las meseras siempre parecen bravas. Pero para un bolsillo moderado se convierte en una opción a pesar de todo